Nuestra Historia

Granja El Parral es la marca comercial que representa la historia viva de sucesivas generaciones de la familia Calabuig, dedicadas durante los últimos 150 años a la ganadería y a la elaboración artesanal de quesos en Barxeta (Valencia)

BARXETA, TIERRA DE PASTORES: 

El pueblo de Barxeta emerge en medio de un pequeño valle abrazado por un anillo de montañas que conforman multitud de lomas y de barrancos.

Como consecuencia del carácter montañoso del territorio donde nos encontramos, durante la edad de bronce y la época íbera se asentaron aquí pequeños poblados de pastores que, a partir sobretodo de la época romana, intensificaron el desarrollo agrícola combinado con otras actividades como la caza y la extracción minera de mármoles.

En el transcurso del tiempo Barxeta se mantiene como un lugar abrupto de baja densidad poblacional. Llegados a principios del siglo XIX, Barxeta apenas cuenta con unos 200 habitantes.

Granja El Parral nuestra historia

Fotografía: El tío Ricardo Calabuig pastoreando las ovejas entre los parrales de la Masía Casa Advocat, donde se origina la tradición ganadera y quesera que han ido perpetuando gran parte de los descendientes de los Calabuig (año sin determinar)

Es a partir de este momento cuando Barxeta experimenta un fuerte crecimiento poblacional, consecuencia del comienzo de la transformación agrícola de significativas extensiones de terreno que permanecían yermas e improductivas, lo cual propicia el asentamiento de muchos jornaleros procedentes fundamentalmente de la Vall d’Albaida, así como también de otras comarcas limítrofes.

De esta manera, de los 200 habitantes de principios del siglo XIX, Barxeta llega al siglo XX con una población de más de 1.100 habitantes, presentándose como una localidad con un espacio rural en expansión, donde convivían la actividad agrícola con la ganadera, formada fundamentalmente por pequeños rebaños de ovejas y cabras.

UNA TRADICIÓN FAMILIAR: 

Nuestros tatarabuelos, Rafael Calabuig Penadés y Josefa Alejandra Segarra, procedían de familias enraizadas en el pueblo durante la mencionada época de desarrollo agrícola, y trabajaban afincados de caseros en la masía Casa Advocat, ocupándose del rebaño de ovejas que, de manera estacional, ordeñaban para elaborar quesos.

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Fotografía: el bisabuelo Miquel, sentado junto a la fuente que se encuentra en la plaza del pueblo (año 1965)

Nuestro bisabuelo Miquel Calabuig Segarra (1877-1970), hijo de Rafael y de Josefa Alejandra,  contrajo matrimonio con nuestra bisabuela, Rosa Brú Calatayud (1884-1959), la cual también trabajaba junto a sus padres en otra masía del término de Barxeta, denominada Casa Perot.

Hacia 1910 Miquel y Rosa  compraron una casa en el pueblo y se establecieron en ella reformándola y adecuándola con un corral para dedicarse a la cría de ovejas y a la elaboración de quesos.

El rebaño en aquella época estaba formado por ovejas guirras (raza originaría del norte de África que posteriormente se desarrolló de manera focalizada en el territorio valenciano), pero también en un número no menos importante de ovejas de otras razas como las segureñas, las alcarreñas o las manchegas que llegaban hasta aquí como consecuencia de la actividad trashumante.

Nuestro abuelo, José “Pepe” Calabuig Brú (1925-2010), hijo de Miquel y de Rosa, había conocido desde bien pequeño las tareas propias de la actividad ganadera, y se dedicaba, al igual que su padre, al oficio de pastor.

El abuelo Pepe contrajo matrimonio con nuestra abuela, Vicenta Flores Segarra (1930 – 2019), quien siguiendo las indicaciones de su suegra pronto aprendió a elaborar el queso típico y particularmente autóctono de Barxeta y de la comarca La Costera: el queso de servilleta.

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Fotografía: El abuelo Pepe Calabuig Brú, junto al rebaño (año 1963).

El nombre de este queso viene dado por el uso de la tela o “servilleta” que se emplea para su elaboración: tras la coagulación de la leche la cuajada es cortada formando una masa que se deposita en telas donde se va prensando suave pero intensamente hasta anudar el vértice superior, hecho que produce como característica  que el queso culmine con un pequeño pezón. Y así  el queso puede salir ya a la venta, como queso fresco. No obstante, en aquellos tiempos en los que todavía no existían los frigoríficos, en ocasiones el queso se dejaba orear durante unos días para favorecer su conservación y entonces sacarlo a la venta.

La abuela Vicenta llevaba a vender sus quesos semanalmente a Tavernes de la Valldigna, aunque en ocasiones también se desplazaba hasta Xàtiva. La venta la realizaba directamente a domicilio, principalmente en casas de familias pudientes, pues en aquella época el queso era un producto caro que no todo el mundo podía permitirse consumirlo de manera habitual.

Había entonces en Barxeta una veintena de pequeños rebaños, principalmente de ovejas, aunque también se encontraba alguno de cabras.

Fotografía: El abuelo Pepe junto a nuestro padre, conduciendo el rebaño por las inmediaciones del Rio Barxeta. (Año 1964)

La actividad pastoril y quesera no tenía gran remuneración económica, pero permitía vivir humildemente a las familias de pastores con los ingresos que a lo largo del año les proporcionaba la venta de los corderos, la leche y/o los quesos, la lana, y el estiércol que también era muy apreciado por los agricultores.

Nuestro padre, José Jesús Calabuig Flores (1954), hijo de José y de Vicenta, vive desde niño la afición por la ganadería, y prosigue así con el negocio de la familia, edificando en el año 1981 una nave ganadera adecuada para la actividad fuera del casco urbano del municipio.

En  esta época la labor quesera es interrumpida durante unos años en los que se imponen nuevas normativas para la fabricación, teniendo que vender la leche a algunas industrias que se habían desarrollado en la zona.

Nuestro padre se instala a vivir junto a nuestra madre, Ana María López Hernández (1955), en una casa de campo que construyen sobre una parcela ubicada en las inmediaciones de la granja.

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Fotografía: José Jesús, entrevistado en TV Canal 9, con motivo del extraordinario parto de una oveja que tuvo quintillizos, mediante cubrición natural (año 2003)

Corre el año 1988 cuando, ante la pérdida de rentabilidad que empieza a afectar duramente al sector ganadero, deciden retomar la labor quesera a modo de intentar revalorizar la producción lechera de las ovejas.

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Fotografía: Nuestra madre, Ana María, trabajando en la quesería (año 2019).

Así pues instala una pequeña quesería en la planta baja de casa, cuya licencia de actividad consta del año 1989, figurando en ella el nombre comercial de “Granja El Parral”; denominación que se escoge en referencia a los parrales que antaño daban nombre a la partida donde se encuentra ubicada la granja y la quesería, y que en otra época ocupaban una importante superficie del terreno de secano del término municipal de Barxeta.

Nuestros padres van desarrollando e incrementando poco a poco el trabajo en la quesería, y pronto van formando una clientela que aprecia, fundamentalmente, el valor de los quesos frescos recién elaborados, con leche natural y sin ningún tipo de conservantes ni colorantes.

Mientras tanto el trabajo con las ovejas no deja de reinventarse con la adecuación de amarres, ordeñadora mecánica, tractor, ampliación de silos y de naves… y la introducción de ovejas Lacaune; raza de aptitud lechera originaria de Francia que se adapta perfectamente a las condiciones orográficas y climatológicas de nuestro entorno, consiguiendo de esta manera incrementar la productividad de la granja.

Los hermanos Jesús (1986) y Miguel Ángel Calabuig López (1991), hijos de José Jesús y de Ana María, también hemos vivido desde pequeños las ocupaciones y quehaceres diarios de la vida en la granja y la quesería.

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Fotografía: Los hermanos Miguel Ángel y Jesús Calabuig López, con las ovejas, junto a la casa familiar (año 1995)

Nos incorporamos a trabajar en la granja apostando por mantener la línea tradicional y artesanal del negocio, conservando recetas y perfeccionando técnicas, logrando que nuestros quesos y el trabajo de toda la familia hayan sido reconocidos en diferentes certámenes a nivel autonómico, nacional e internacional.

Sobrevivir en un mundo extra-globalizado, ante grandes cadenas de producción y comercialización, es el gran reto con el que en la actualidad desafiamos al futuro. Para ello apostamos por la calidad frente a la cantidad, poniendo en valor productos auténticos y genuinos.

Granja El Parral nuestra historia

Fotografía: Miguel Ángel, en la quesería (año 1997)

Granja "El Parral"

Ctra. de Xàtiva s/n
46667 Barxeta (Valencia)
- España -
Tel. (+34) 625 113 784
E-mail: info@granjaelparral.com